En 1840 Baudelaire se inscribe en la Facultad de Derecho. Comienza a llevar una vida tranquila pero las discusiones con la familia
son constantes debido a su adicción a las drogas y al ambiente bohemio. Vistaba prostíbulos frecuentemente y mantenía relaciones con una prostituta llamada Sarah. Boudelaire la denomina La Louchette (la bizca), pero a pesar de ser bizca, era calva, por lo que se piensa que fue ella quen le contagió la sífilis. Dentro de su obra más importante, Las flores del mal, Baudelaire se refiere a Sarah en un poema, probablemente escrito en el momento en que dejó de verla puesto que reanudó sus relaciones con su otra amante, Jeanne Duval.
Una noche en que estaba con una horrible judía,
como un cadáver tendido junto a otro, pensaba,
al lado de aquel cuerpo vendido, en esta triste
belleza de la cual mi deseo se priva.
Las flores del mal es una obra de concepción clásica en su estilo, y oscuramente romántica por su contenido. Expone la teoría de las correspondencias y, sobre todo, la concepción del poeta moderno como un ser maldito, rechazado por la sociedad burguesa, a cuyos valores se opone.
La publicación de Las flores del mal, en 1857, le valió una condena por inmoralidad. La sentencia lo obligó a excluir poemas de la obra, a lo que el autor argumentó que el libro debía ser "juzgado en su conjunto".
Sin embargo, ni la orden de suprimir seis de los poemas del volumen ni la multa de trescientos francos que le fue impuesta impidieron la reedición de la obra, en 1861. En esta nueva versión aparecieron, además, unos treinta y cinco textos nuevos.
El poeta se entrega al vicio (singularmente la prostitución y la droga), pero sólo consigue el tedio (spleen), al mismo tiempo que anhela la belleza y nuevos espacios.
Escribió un conjunto de poemas dirigido al spleen, llamado El Spleen de París, o Pequeños Poemas en Prosa. Es una colección de 50 pequeños poemas escritos en prosa poética.
Claudia Wallace Urbaneja.
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